¿Qué es la osteopatía?

En resumen: la osteopatía es una forma de tratamiento manual muy efectiva para un amplio espectro de molestias físicas.

Punto de partida

El punto de partida de la osteopatía es la libertad de movimiento de todo el cuerpo y en todo el cuerpo. Dicha libertad de movimientos es necesaria para el buen funcionamiento del cuerpo. Los músculos y articulaciones deben moverse con soltura, los órganos tienen que poder asumir las distintas posturas corporales, la sangre y el líquido linfático deben poder circular libremente, no deben oprimirse los canales nerviosos, el alimento debe poder transitar por el canal digestivo, etc., etc.

Causas

Numerosas molestias físicas tienen su origen en una limitación de la libertad de movimiento. Dicha limitación puede ser causada por un problema en la zona que sufre la molestia, pero con frecuencia ocurre que la verdadera causa se encuentra en otra parte del cuerpo. El osteópata es un experto en encontrar dichas causas (causa raíz) y en reestablecer la libertad de movimientos deseada.

Varios ejemplos prácticos

Dado que la osteopatía considera la totalidad del cuerpo, con frecuencia se obtienen resultados sorprendentes. Algunos éxitos conseguidos se detallan seguidamente:

Dolor cróncico de rodilla

Un hombre de 50 años llevaba 2 años con molestias en la rodilla, que durante el último año se habían acentuado mucho, ampliándose la zona de dolor a la zona de los glúteos y la parte baja de la espalda. Había dejado de realizar sus paseos cotidianos, porque los dolores eran demasiado fuertes. Tras varios exámenes médicos y tratamientos sin resultado, el especialista consideró que el último remedio sería una intervención quirúrgica donde se iban a cauterizar algunas terminaciones nerviosas (bloqueo nervioso). El hombre optó por acudir a un osteópata antes de operarse. El osteópata comprobó que debido a un esguince de tobillo 2 años antes, se había desplazado levemente el peroné tanto a la altura del tobillo como de la rodilla, por lo que varios músculos laterales de la antepierna se veían sometidos a tensión de forma continuada y un nervio se encontraba pinzado. Tras dos sesiones el paciente pudo retomar sus paseos y nunca tuvo que someterse a una intervención quirúrgica.

Una terapia linfática que deja de tener efecto

Una mujer requería terapia linfática continuada para la enfermedad crónica que sufre. Aunque estaba contenta con dicha terapia, tenía la sensación de que cada vez le hacía menos efecto y que sus molestias se estaban incrementando paulatinamente. El osteópata encontró un músculo contracturado en el vientre, que estaba cerrando nódulos linfáticos importantes, todo ello causado probablemente por una postura errónea en el trabajo, dado que poco tiempo antes de sufrir estas molestias había cambiado de ocupación laboral. También tenía falta de movilidad en la caja torácica debido a un problema pulmonar crónico, por lo que el drenaje principal del líquido linfático estaba comprometido. El osteópata trató los pinzamientos encontrados y enseñó a la paciente cómo resolver este problema en el futuro por ella misma. Tras unas sesiones, la paciente notó que su terapia linfática habitual volvía a dar buenos resultados y que se encontraba significativamente mejor y con más energía.

Dolor lumbar

Una mujer joven y muy deportista, se quejó que durante la práctica del deporte determinados ejercicios ocasionaban un dolor en la parte baja de la espalda que se mantenía largo tiempo después de finalizar la práctica deportiva. Ella indicó que había recibido tratamiento anterior en la pelvis y parte baja de la espalda, lo cual había logrado buenos resultados, pero siempre era un alivio a muy corto plazo. El osteópata comprobó que existían molestias intestinales que daban una tensión continuada por lo que la pelvis no se movía correctamente y vinculó dicha molestia al movimiento deportivo que ocasionaba las molestias. Trató tanto la pelvis como el abdomen de la mujer y le facilitó una serie de ejercicios para que ella misma pudiera prevenir sus molestias. La paciente se sintió aliviada, puesto que podía entender qué ocasionaba sus molestias y volvió a disfrutar de la práctica de su deporte.

Conocimiento Osteopático

La osteopatía es una ampliación de la fisioterapia. El osteópata, aparte de un sólido conocimiento fisioterapeútico del aparato locomotor, tiene un conocimiento fundamentado del cuerpo humano entero. Un osteópata sabe por ejemplo por dónde pasan los nervios, cómo funcionan, conoce la localización y funcionamiento de los órganos internos, sabe cómo se regula la circulación de líquidos del organismo y mucho más. Y lo que es esencial, el osteópata sabe cómo se influyen mutuamente estos elementos del cuerpo y qué síntomas pueden generarse si una de las partes no funciona correctamente. Además, el osteópata tiene formación para interpretar radiografías e informes médicos, de modo que toda la información disponible puede ser usada para lograr un tratamiento efectivo.

Herramientas osteopáticas

Las herramientas más importantes para el osteópata son al igual que para el fisioterapeuta, los ojos, las manos y por supuesto, su sentido común. El osteópata conoce distintos métodos de tratamiento y adapta el plan de tratamiento a cada paciente de forma individual, según sus necesidades y problemática. Las técnicas empleadas pueden variar de fuertes (por ejemplo manipulaciones de articulaciones) a livianas (por ejemplo técnicas de drenaje).

El osteópata: ¿puede hacerlo todo?

¡Ciertamente no!

En ningún caso el osteópata es un sustituto del médico de cabecera ni del especialista, si no que colabora con ellos. El osteópata no puede ni debe tratar determinados casos. Por ello el osteópata está formado para reconocer aquellas molestias que deban ser derivadas al especialista o que puedan requerir un examen más exhaustivo antes de empezar a tratarlas.